domingo, 31 de mayo de 2015

Escuchar.

La ciudad duerme y se prepara para el lunes. En la casa el silencio característico de las primeras noches de frío, con la segunda colcha que ya agregaban y el zapping distraído como excusa para pensar por separado pero en compañía. A las once, la má se iba a dormir.
Fin de semana terminado de un trabajo nuevo, pensó,  sorprendida otra vez de tantas puertas que le abría saber escuchar. Escuchaba y le pasaba como por un cable pelado la corriente de tiempos y notas por el cuerpo, anulando la molestia el problema y la razón. Se entienden y se aman, son una misma cosa.
La música y ella.

viernes, 29 de mayo de 2015

Una noche fue Dj.


Viernes. Y se despertó más temprano de lo que creía. La noche anterior fue buena, de su criterio musical dependió gente que parecía pasarla bien, sumado a unas canciones en vivo que la invitaron a cantar. 
Unas horas después se acostó, sintiéndose cansada y con un ensordecedor pi en los oídos pero satisfecha. Sentía haber hecho un buen trabajo, y la cabina de las consolas le había servido bien de refugio, nuevo e inexplorado hasta ahí, un lugar más de pertenencia.
Ya no se siente tan bicho raro. Porque ya no depende, si alguna vez lo hizo no se acuerda, persigue un bienestar que sabe por dónde va.
Las personas y sus cosas son mucho, les tiene paciencia algunos días pero otros no tanto y se reserva. Le atrae lo inconcluso porque es nuevo para ella y porque aprendió a llevarlo a favor de su corriente; el otoño le trae claridad.

El otoño siempre le trajo claridad.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Sincronía.

Fue un miércoles diferente. En la mañana pensó en sus sueños, y en algunas ansias que se habían ido. Comió sin hambre y escribió sin ganas, no le molestó. Alrededor de las cinco tomó un café para aguantar el tirón que faltaba de tarde porque a esa hora siempre le daba sueño, y de repente y así como así, sintió la sincronía universal.
Pensó en las personas, en las intenciones. En que con paciencia podía dominar el mundo y que sin ella el mundo la dominaría, y sonrió como hacia varios días en que el sol todavía calentaba y le ruborizaba los cachetes.

Las nubes pudieron ser sólo nubes y no estaban hecha de pensamientos como parecía. Así parecía hasta ese día en que pudo sentir la sincronía.

lunes, 18 de mayo de 2015

Domingo que era Lunes.

La conversación poco a poco se dirigía al lugar de costumbre. Ella tanto había repetido, estaba cansada. Él, con el ahínco de no afrontar.
Una vez más iban a decirse cosas feas, que no tanto sentían sino más liberaban, y seguirían la semana como hubiese sido igual si no hablaban nada.
Dos almohadas que confortan la nube que los sumerge, el suponer de otra opción que jamás existió.
Ella de a poco va sintiendo menos, poco. No quiere estar nerviosa.
Ella... Sólo de ella puedo hablar. Sólo de ella sé.

miércoles, 13 de mayo de 2015

jueves, 7 de mayo de 2015

Amar, hoy.

Descubrí que amo amar en secreto.
Porque la humanidad se encarga de estropear la magia, el amor en secreto es como yo quiero que sea. Y si quien lo recibe, sin saberlo, se ausenta; mejor aún! Más dura.
Amo el amor, tanto que es intocable.
Tanto que lo merecen más las flores que la gente. Pero de vez en cuando amo a una persona y de paso me reconozco como tal un rato...
Sino en cualquier momento me clavo en una maceta y a la bosta Acosta.

El después.

Una vez sentí que todo era tan fácil como aburrido. Y salí a buscar la dificultad. No me fue difícil, logré objetivos.
Entonces intenté contentarme con ese pasar, lo normal un rato. Y eso duró, sólo un rato.
Hoy cuesta un poco más que antes, al punto de sentir deseos de mandar todo de una patada bien al carajo. Pero si lo pateo, ¿Qué me queda?
Es la vida que elegí. Y cuando pienso en cambiarla, la elijo de nuevo.

Pasará por algo, pasará por nada. Lo atraigo, me lo atraen, se me cae encima o como sea la wea. La tengo que vivir.
No queda otra.