miércoles, 21 de agosto de 2019

La ilusión.


Tengo que trabajar en no cerrarme. 
Es de todos los días. Incluso de aquellos en los que estar cerrado parece una buena decisión. 
Porque los motivos que me llevaron hacia ahi, los fundamentos, no son válidos. No son reales. Nadie nos ha dañado en verdad. Lo que sucedió fue, que nos hicimos víctimas de la negación ante el derrumbe de algunos conceptos, que frente a nuestros ojos se derrumbaron, una escena hermosa, en realidad.
Por qué concebimos las cosas? De dónde nace esa insistencia, esa necesidad? 
O será lo que nacemos aprendiendo, aún dormidos, y así dejamos que eche raíces.
Donde hay desilusión, antes hubo ilusión. Y sabes? No está bueno entonces, ilusionar. Y no en especial cuando es sobre otro ser humano, igual que yo, 
igual de aprendiz, por ende igual de, errático.


domingo, 5 de mayo de 2019

En paz.


Bacalar. Mayo. 2019.
En los tiempos que corren, hasta en la resaca encuentro poesía. 
Que ando mala me dice mi hermano, que estoy re loca también pero eso no es nuevo. 
La mañana fue dura de afrontar, el mesero no vino a laburar, y la humedad dando la nota para variar. 
Pero bueno, se respira, una cafiaspirina y un par de mates, por suerte está tranquilo. Una mesita de dos, y Rambo. Y la má que en cualquier momento viaja. Es domingo hoy. 
Hasta en la resaca encuentro poesía porque me gusta lo que se supone malo.. siento que he vivido tan intensamente situaciones de bajón que no llega a afectarme cualquier cosa. Como que estaría curada del susto. Obvio sigo siendo una loquilla con mis arranques a veces pero posta que van siendo menos. Me agrada. Y a vos que te ví dos veces en dos días después de no verte ni una en cuatro meses, o seis. Ese encuentro me dejó una pincelada de nostalgia.
Llegando también está la Taylor, la 214ce, me la compré chicos al fin, llegando está en estos días, y me gana la ansiedaddddd. felicidad. 
Qué más te puedo contar… 
Telepatías varias, información que a través del aire llega y nos va conectando. Expandiendo sin saber, todo esto ya es sin saber, por ahi escribí la otra vez: y cuando ya no me importó entender, entendí todo. Siendo, a ultranza, el sol saliendo, sagrado este momento y nada más. Expandiendo la idea de aprender, de la vorágine que pude salir, de lo que vuelve a empezar y tanto que atrás se deja, en paz. 


jueves, 18 de abril de 2019

Extractos.


22-04-16. 0:13
A veces juego a comprometerme con lo que digo sólo para ver la reacción de los demás. Pareciera que se dice en serio algo pero yo sé que mis palabras van y vuelven como el viento, que importan sólo cuando nacen pero una vez dichas mueren. No tienen ningún tipo de peso más que el moral. Y cuando no se tiene moral, se desconfiguran.
Todo lo que queda es el sentimiento. La emoción, la reacción física que perdura, pero aún así de loco es todo que ni eso pasa a ser lo que es, porque dura lo que se quiere que dure, dependiendo de adicto a qué emoción es uno. 
Yo soy adicta al vértigo porque así como me empuja a vivir a veces me da mucho cagaso y quedo tecleando. Tecleando. Capaz es eso lo que me gusta. Me meto en bretes predecibles y por qué? Mejor dicho para qué- 
Sumergirme en el dominio de las emociones. 
Porque hasta acá, son lo único que ha sabido determinar mi vivir. Sentir. Tan simple como eso. 

Conociéndome. Enfrentándome a situaciones ya vividas que sé a cual de mis yoes más recurrentes despiertan, adrede, para aprender a cambiar a voluntad una reacción a la vez. Cada vez más al detalle, a lo profundo. A la escencia. No cambiarla, dominarla. Sacarle el jugo a lo que en verdad me hace feliz no a lo que la "cómoda" costumbre me lleva. Escencia Control.
Verdadero para mí. Es el único tipo de verdad que considero real. 
Real, hoy. Es el único tipo de realidad que considero concreta. 
Concreto. Una palabra que me es muy difícil de asimilar. 
Asimilar. Ligado a la entrega de que todo es todo y nada es nada y nada es todo y todo es nada. 
Nada. -. 



-.  Todo lo que de acá sigue, está más allá de la sintaxis. 
Eso es lo que pasa con mi locura, me va llevando siempre hacia un lugar mejor que el anterior. Y el entorno me lo reconoce así, me lo demuestra pese a que crean que no, o que es absurdo, o tantas cosas que puedan pensar. No interesa. 
¿Cojones? Sí, de acero. Y en qué se basa mi valía después de todo, no en más que en el hecho de no interesarme en las conjeturas ajenas. Porque ya las reconocí como tales, ajenas en su totalidad, a mi estadía en este hostel que se llama Tierra.