lunes, 15 de febrero de 2016

The Yak: Por los comienzos.

Un cigarro israelí para terminar la noche que ya comenzaba a ser mañana, en un hostal semi barato de este rincón de la tierra. Jazz instrumental de fondo no por concentrarme sino para cubrir la voz del yankee que me viene fundiendo el cerebro con la tonada y los modismos nunca bien ponderados, está en una de las hamacas quemandole la vincha a otra pibita que le prestó la oreja. Madre mía, me compadezco. Uy guarda que capaz se acerque y estoy en el horno. Bueno, a escribir con cara de concentración a ver si zafo. No, no zafo. Viene. 
- hey.
- hola, todo bien? estoy en mi mundo, acá.
- sí, estoy bien. I just wanted to say, I'm sorry.
- It's fine. 
- No but,...en esta parte no presté atención.
- It's fine.
- I just hope we can still be friends. 
- that's all we were. That's the thing, is all in your head.
- Oh, yeah I know. I know- con aires de desilusión una vez más, podés creer vieja?
- Cool. 
- Ok I'm going to bed now. gettin late. luckely I don't have to dive tomorrow -Y de vuelta con el diving en esa voz con ese tono, por eso era el jazz y mirame acá escuchando de nuevo que lo parió.
- Sure. night.
aaand scene. Este chiquito, pobre me da un poco de cosa todavía. Pero recién llegaba a la vida de caribe y bueno los primeros días capaz le dí mucha tela para cortar hablándole y entendiéndole en su idioma cosas como las dimensiones, partícula de dios, sabes, temas clásicos de charla para mí, pero no quizá del normal de huéspedes en The Yak de Playa del Carmen, Quintana Roo. Cuestión, cree que se enamoró pero no, y yo me lo desenganché cual sanguijuela porque me estaba secando. 
Encima inoportunamente como suele suceder en la vida que lo oportuno ya lo doy por inexistente, cual es la manera de saber sin vivir, y una vez adentro bueno o malo pero oportuno no me hace sentido. Bueno me fui me voy, voy vengo todo el tiempo. Si no, Dany, si no. Inoportuno llega otro pibe, Andrés pero todos le dicen Cucho, con el que del día uno la mejor en cuanto a la vibra y al día cinco la mejor en cuanto a la química física y todo lo que eso conlleva, haciéndolo tangible la noche ésta que pasó, todavía estoy cansada del día de ayer, pero algo me dice, todo me comenta por ahí, que ya no voy a descansar. Que lo que hasta hoy consideraba cansancio ya no es, como por ejemplo bajar la computadora para escribir en el bar a las 5 de la matina, después de fumar con Roco, Roque, el español que llegó hace unos días y se va mañana, y ahora con el recepcionista bogotano rastafara francotirador que hizo el ejército en Israel como compañía en silencio, allá él en su banqueta de escritorio pasando imágenes diversas, algunos bloopers, y de tanto en tanto refuerza la capa de Off para que los mosquitos no le morfen los tobillos. Ahí tenés algo molesto de verdad, los mosquitos. Se llama Dany, el de si no. El bogotano. 

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