Son realmente fuertes esas palabras?
Aún nos sorprende ésa, la única certeza de nuestro paso por el mundo?
Quien no acepte su final, no acepta su origen. Y desde allí todo será mal concebido.
Las pérdidas y el dolor son inevitables. La aflicción y su duración, son elección.
Qué más esperamos para verlo?
Por qué no soltar ese miedo que nos ridiculiza, nos minimiza. Soltarlo, y adentrarnos en un nuevo espectro de opciones... Una vida nueva, sin exagerar. Quien no quiera cambiar la suya, debe ser que está bien donde está entonces. A no quejarse, pues! Que tu realidad es tu decisión.
Yo no sé... sólo decía.
Me voy a morir, y me hace feliz.
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