Sin importancia individual, lo único que queda es el sentimiento.
Y en esas estamos, porque ahí pertenecemos. Qué lindo es entregar.
Contagia a todo para que fluya excelente. Chido, cabrón.
Mantiene pura la raíz de la transformación. Todo va cambiando y cambiando seguirá, en la lucha diaria que es esta vida mía, del guerrero-viajero, con los pies caminando y a pasitos flotando, y con la mente en el corazón. Siempre a punto de sumergirse en el más puro infinito.
Y ya!
Empujando, despiadada pero elegantemente, hasta el final.
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