Ya no reconozco si es que me importan absolutamente todos, o me importa absolutamente nadie. En ese punto estoy.
En ese, donde todo lo que pareciera que me está haciendo daño, en verdad me conviene.
En los sueños, la parte B de los que muestran su parte A, y la parte A de los que muestran la B.
Tienen más credibilidad mis sueños que la realidad, en ocasiones
-voy entrando en esos días. No sé qué será, por qué todo cambia tanto y de un momento al otro. Siento que nada es lo que parece. Y que tampoco es lo contrario.
Siento que nada es nada.
Suena a depresión? Considérenlo paz de espíritu.
Desapego al corazón, desatino a la razón.
Y no te olvides de respirar.
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