sábado, 11 de julio de 2015

Procesos.

Tan habitual es mi estado solitario, que cuando algo me perturba no me complico en preguntarme: ¿qué es lo que realmente pasa?. La soledad es amiga del silencio, y el silencio es la contraseña para obtener respuestas de peso. Aún así, en ciertos casos, hay respuestas que surgen pero la perturbación persiste. Es ahí cuando la dejo ser, sólo entonces. Porque tiene que vivir un proceso. No me obligo a fingir lo rotundo.
Porque hay cosas que sólo el tiempo logra atenuar. Y son de esas cosas que se sabe, van a estar presentes toda la vida, pero el tiempo se encarga por suerte, de que ya no duelan.

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