- Y si por esas cosas se te va de las manos, Cindy? Por ejemplo si te encuentras enganchada con este tal cucho.
- La verdad es que conozco los dos lados de la moneda, si me pasa que me engancho lo dejo ser y lo aliento a ser, bienvenido por supuesto. Y si no va bien en algún punto y toca la tristeza o la desazón, también les conozco la cara. Me encanta encontrármelas, que me atropellen. Sé que siempre se sale a flote. O no. No hace la diferencia. Intensa es una de las palabras que me definen, recién hablábamos de eso. Me ibas a decir cómo me veías vos, contame.
- Pues, eres una mujer libre, muy libre. Con las ideas bastante claras, no muy claras pero bastante. Fuerte. Eso es importante. Y creo que lo vas a pasar muy bien aquí.
- Podría decirse que estoy donde tengo que estar.
- Podría.
Van siendo las 9:01 ya. Como que tiemblan las manos de repente y bastante, pero esto sigue siendo interesante. Comer fruta ayudó con el nivel de azúcar sanguíneo y sería todo, mientras haya inspiración que sea lo que dios quiera. Y el paladar amargo de tabaco y café.
"Ahí estaban tirados en la camita de una plaza, pero no se hacía tan chica a la siesta. Lo bueno era que casi nadie había a esas horas, la cortina cerrada con el ruido del ventilador alentaba otro poco a quedarse. Lucía pensando en que de verdad tendría que ir a buscar trabajo pronto, ya se estaba haciendo la hora, la módica suma que había traído poquito a poco se iba gastando y no la contaba como para no desesperarse pero en realidad sí sabía cuánto quedaba, se hacía la que no. Hacía eso con otras cosas también, el complejo arte de hacerse el boludo."