No me esperes.
No voy a llegar.
Eso que creías que yo era
no está. Se fue.
Sin rencores, sin reclamo.
Cada vez creo más
en que conmigo tengo todo.
Se puede jugar a ser dos.
Pero al final del día,
uno solo siempre está.
Está bien eso,
es parte del proceso.
A sabiendas de todo,
no queda otra que seguir.
Sin nostalgia ni arrepentimientos.
Simplemente, seguir.
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